El pagès i el carro

*** s u c e s o

El Pagès i el carro

Cuentan de un vecino de San Jordi... El que tenia fama de ser un hombre trabajador y honesto... Tanto... Como lo tenia de juergista y de aficionado a los “Suiserets” y a el tintorro en su tiempo libre.

Ese buen hombre acostumbraba cada viernes bajar a la ciudad con su carro abarrotado de productos de su huerta para venderlos en el “mercado viejo” una vez pagadas las tasas correspondientes en la entrada de Vara del rey.
Como era costumbre en esa época por la “pagèsia”. Terminada la venta y con dinero en el bolsillo... Aprovechaba el viaje, haciendo las cuatro compras pertinentes para proveer las necesidades de su casa. Y emprendía el regreso...
No antes!! Sin visitar unos cuantos bares de "Vila" hasta sentirse con el cuerpo lo suficiente cargado. Y ya. como última parada de su recorrido... Acostumbraba visitar el popular Bar- tienda de “Can cifre” Hoy engullido por las obras de las “Autovías”

El caballo que le acompañaba tirando del carro, estaba tan habituado al itinerario, que por ebrio que su dueño fuera y sin decirla nada, el animal iba parando frente a la puerta de cada establecimiento y cada viernes así lo hacia frente a “Cancifre”.

...Cuenta la historia que uno de esos viernes. Una vez el hombre se encontraba bien pertrechado en la barra del bar... Unos cuantos amigos que ahí se encontraban, decidieron gastarle una broma pesada. Y aprovechando su cogorza le desengancharon la bestia del carro escondiéndola en un corral cercano... dejando el carro tal cual estaba, apoyado en tierra de sus dos brazos.
Cuando el hombre salió por la puerta y aguantándose con las dos manos en el umbral no se le ocurrió otra cosa que exclamar... ¡¡ Epaa ya!! Una de dos... ó me acabo de encontrar un carro, o me han robado el caballo!!